Descripción
La historia
Estos pequeños iconos religiosos pintados sobre cristal fueron una forma de devoción popular en los siglos XVIII y XIX. Las fábricas de cristal del centro de Europa proveían de placas a los artesanos que preparaban sus propios pigmentos con elementos naturales como la cal para el color blanco; tierras y óxidos para la gama de ocres, tostados y marrones; sales de cobalto para los azules; óxido de cobre y cromo para los verdes, etc.
La producción de estos objetos ocupaba normalmente a toda la familia. Las mujeres eran las encargadas de dibujar y aplicar el color mientras que los hombres, se encargaban de las molduras que servían para proteger el cristal y realzar el conjunto.
Baviera, Bohemia, Austria, Hungría y Transilvania son algunos de los focos principales de producción de iconos. Estos servían para llevar el culto religioso a cualquier lugar, sin importar lo pequeñas que fuesen o lo aisladas que estuviesen. El colorido vibrante y las formas sencillas de estas pinturas las hace muy especiales y buscadas.
Nuestra recomendación
Nos gusta combinar piezas como esta, de origen religioso y casi doscientos años, con otras más modernas para crear un conjunto que se complemente. No tengas miedo a mezclar, déjate guiar por tu instinto.
¿Qué lo hace especial?
- su estética naïf
- el colorido vivo y la frescura del trazo
- el carácter rústico de la moldura